Erich Uriel «N» alias La Rana, sospechoso de ser una de las últimas personas en tener contacto con los estudiantes de Ayotzinapa.
La Procuraduría General del Estado anunció la detención de Erick Uriel «N», quien era buscado por su presunta participación en la desaparición de 43 normalistas en Guerrero en septiembre de 2014.
El detenido es sospechoso de pertenecer a la organización criminal Guerreros Unidos, a la cual el gobierno mexicano atribuye la desaparición de los estudiantes de la normal rural «Raúl Isidro Burgos» de Ayotzinapa, Guerrero.
Mediante un mensaje a la prensa, el jefe de la Oficina de Investigación del Caso Iguala, Alfredo Higuera, afirmó que «es señalado dentro de la investigación del caso como uno de los sujetos que tuvo una intervención decisiva en los hechos en contra de los estudiantes normalistas».
Alfredo Higuera afirmando detención del sospechoso
El funcionario detalló que arrestaron al sospechoso durante la mañana en el municipio de Cocula, Guerrero, durante una operación en la que no tuvieron necesidad de utilizar la fuerza.
El presunto criminal, apodado «La Rana», enfrenta cargos por delincuencia organizada y secuestro, además de que es indagado por hechos de violencia en esa municipalidad, explicó Higuera.
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Las investigaciones
La noche del 26 de septiembre de 2014, 43 estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa, en el convulso estado de Guerrero (sur), fueron detenidos por policías de la ciudad de Iguala ligados a criminales y entregados a miembros de Guerreros Unidos, un caso que desató una condena internacional.
Según la hipótesis de la PGR, los policías estaban vinculados con Guerreros Unidos y entregaron a los estudiantes a pistoleros de la organización criminal, quienes los habrían asesinado y calcinado sus cuerpos en una gran hoguera en un basurero de Cocula.
Higuera sostuvo que testimonios reunidos en la pesquisa señalan directamente que Erick Uriel «N» tuvo contacto con los normalistas después de que los policías los detuvieron en Iguala.
Su nombre figuraba en la lista de fugitivos por quienes la procuraduría mexicana ofrecía una recompensa por información para dar con su paradero desde octubre de 2015, recordó el encargado del caso.
A la fecha, las agencias de seguridad mexicanas han arrestado y encarcelado a más de 130 sospechosos de la desaparición de los jóvenes, entre los que se encuentran el alcalde y el jefe de la Policía de Iguala
La versión oficial ha sido cuestionada por los padres de las víctimas y por organismos internacionales, que han denunciado irregularidades y debilidades en la investigación oficial y pedido que se investigue el posible papel del Ejército y la Policía Federal.
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