Joe Biden, el aún presidente saliente de Estados Unidos, ofreció emotivos discursos de despedida marcados por la amargura y la preocupación por el futuro del país, a solo horas de que Donald Trump asuma nuevamente la presidencia.
A sus 82 años, Biden cierra medio siglo de carrera política con un legado amenazado por la inminente reversión de sus políticas.
Un adiós cargado de advertencias
En su discurso desde el Despacho Oval, Biden se enfocó menos en destacar sus logros y más en advertir sobre el rumbo de la nación, señalando el creciente poder de las oligarquías tecnológicas. «Estamos convirtiéndonos en una oligarquía», alertó, en referencia a figuras como Elon Musk, quien estará presente en la investidura de Trump.
Además, Biden aprovechó sus últimos días en el poder para reforzar su legado, enviando ayuda militar a Ucrania, protegiendo áreas de Alaska de la explotación petrolera y excluyendo a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. Sin embargo, su decisión más polémica fue otorgar un indulto a su hijo Hunter Biden, desatando críticas incluso dentro de su partido.
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Biden logró avances significativos, como la recuperación económica tras la pandemia, el impulso a la energía limpia y la revitalización de la producción nacional de microchips.
En política exterior, fortaleció alianzas y lideró el apoyo a Ucrania, pero su gestión también quedó marcada por la caótica retirada de Afganistán y los conflictos en Gaza.
A pesar de sus esfuerzos, Biden no cumplió su promesa de sanar las divisiones internas de Estados Unidos ni de aliviar la frustración por el alto costo de vida, factores que impulsaron el regreso de Trump al poder.
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Con su partida de Washington, Biden espera ser recordado como un líder honesto que buscó transformar el país, aunque su legado está en riesgo de ser eclipsado por la disrupción que representa Trump.
«Las semillas están plantadas y florecerán durante décadas», aseguró Biden en su despedida, dejando entrever su esperanza de que el tiempo valore su gestión.
El regreso de Trump, sin embargo, marca un nuevo capítulo para Estados Unidos, mientras Biden se aleja del poder con el peso de una nación dividida y un legado en la cuerda floja.