La noche del 14 de febrero del 2012 se convirtió en una verdadera tragedia en el penal de Comayagua, donde murieron 361 personas carbonizadas en un incendio en el que supuestamente hubo mano criminal, hoy se cumplen nueve años del hecho.
En el incendio murieron 360 privados de libertad y una fémina que hacía una visita conyugal, que, según el Cuerpo de Bomberos de Comayagua, inició a las 10:55 de la noche.
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También, se registró 50 personas desaparecidas, de las que nunca se obtuvo información si se fugaron o fallecieron en el incendio.
Según la defensora de derechos humanos, Itsmania Platero, el 42 por ciento de la población carcelaria de ese entonces (852 personas) resultó herida con quemaduras y traumas.
Este suceso se convirtió en la peor catástrofe de la historia carcelaria de Honduras por el número de privados de libertad que perdieron la vida, y fue considerada la más grande de América Latina.
No ha habido otra tragedia en la región que la supere”, expresó Platero.
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Agregó, “ese incendio enlutó al mundo, no solo a Honduras, fue algo que consternó, la gente estaba quemándose, pidiendo auxilio, se dijo que hubo disparos, fue algo muy aterrador”.
Asimismo, la defensora dijo que hubo mucha conjetura sobre lo que realmente sucedió, ya que, se decía que producto de un cortocircuito, que el fuego comenzó porque un menor de 13 años, conocido como “Chelito” tiroteó a otro reo, que era algo planificado.
Sin embargo, “lo repudiable fue el hecho de que se escucharon disparos y mucha gente que vivía cerca del presidio escuchaba los gritos”, continuó.
Cabe señalar, que murieron personas que estaban por cumplir sus penas y un hombre que apenas tenía un día de estar preso después de ser detenido a su llegada al país en calidad de deportado de Estados Unidos.
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