HONDURAS: Tradiciones en Navidad que nunca mueren

Los «cuchumbos», la deliciosa gastronomía y las decoraciones de la temporada, forman parte de esos rituales que la gran mayoría de compatriotas realizan en estas fechas.

Con la llegada de la Navidad, son muchos los rituales que se resisten a morir en los hogares de Honduras y que a pesar de los años, forman parte de todo lo que trae la temporada.

Algunos ayudan a fortalecer las relaciones entre las familias y amigos, pero otros dañan no solo a las personas que los realizan, sino a otros.

Los «cuchumbos», las cenas familiaras, las visitas a la iglesia y otras, promueven la armonía en la sociedad hondureña.

Sin embargo, la quema de pólvora y los disparos al aire, son prácticas que continúan pese a que muchas veces llegan acompañadas de la tragedia.

Este es un recuento de esas tradiciones que muchos de nuestros lectores siguen realizando:

1- Los nacimientos.

Los hay tan pequeños como los que solo incluyen a la Sagrada Familia en el momento que recrea el nacimiento del Señor Jesús, o tan grandes que requieren de una gran preparación.

Pueden ser solamente una muestra de devoción al Salvador del Mundo o convertirse en verdaderos espacios para la denuncia pública, que pueden ser muy elaborados.

En muchos pueblos se acostumbra «el robo del Niño Jesús», que ocurre después el 25 de diciembre a primera hora, después que se destapa la figura en el nacimiento.

Cualquiera de los invitados podía llevarse la preciada figurita y la familia anfitriona tiene que realizar una fiesta el 6 de enero del siguiente año, para que la regresen.

2- Gastronomía catracha.

Los festejos de la Navidad están llenos de delicias culinarias que no se comparan con ninguna otra temporada del año.

Los deliciosos pollos rellenos, el cerdo horneado, el famoso tajo relleno, todos con sus abundantes guarniciones, sin olvidarse de los tamales calientitos, con limón, chile picante, a veces acompañados con tortillas o con un aromático café.

Además de los postres tradiciones que van desde las torrejas de dulce, pinol o leche, el ayote en miel y otras delicias que a más de alguno le ocasionan una visita al doctor.

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Pero más allá de lo que se prepare, abundante o poco, lo más importante es la cercanía de la familia que junta prepara los platillos, conversan y recuerdan a los que están lejos o ya no están en esta tierra.

3- Los «cuchumbos».

Los «cuchumbos» o amigos secretos como también se conocen, son una divertida actividad que se realiza en las casas, en las oficinas o entre amigos.

La idea de intercambiar regalos entre varias personas, no solo refuerza la unidad del grupo social, también ayudan a la economía, porque en lugar de comprar obsequios para varias personas, solo se compra para uno.

Además, permite que se reúnan y compartan más allá de que cada uno reciba un presente.

Sin embargo, siempre hay uno «al que le va mal», ya sea porque no recibió lo que quería o no recibió nada a cambio. Pese a estas malas experiencias, es una tradición que cada año se afianza entre los hondureños.

4- Quema de pólvora.

Es una de las prácticas que se resiste a morir, pese a la prohibición de las autoridades municipales, para evitar que adultos y especialmente los niños sean víctimas de quemadura.

Es común ver a los niños con las llamadas «luces de bengala», las «estrellitas», los volcanes y los más atrevidos con cuetillos y otros de mayor potencia.

Las calles llenas de humo y el olor a pólvora quemada llena el ambiente a las 12:00 AM, que es el momento de mayor alegría para muchas personas.

5- Las posadas.

Aunque ya no es muy extendida esta práctica, en ciudades como Siguatepeque continúan celebrándose las posadas realizadas por la feligresía Católica.

Generalmente se realizan desde el 16 al 24 de diciembre, cuando los fieles llevan cargando las figuras de José, María y el niño Jesús, mientras cantan villancicos en diferentes hogares, buscando posada.

6- Visita a la iglesia.

Ya sea a la iglesia Católica o Evangélica, son muchos los hondureños que dedican parte del tiempo de las fiestas para tener un encuentro con la principal razón para que se celebre la Navidad: el Señor Jesús.

Además de los festejos, este se convierte en un momento de recogimiento espiritual, en agradecimiento a las muchas bendiciones recibidas.

En todo caso, todas estas actividades son para unir a las familias, a pesar de las distancias, ya que es un momento de celebrar pidiendo amor y paz.