Más médicos continúan pereciendo a diario por la enfermedad COVID-19 en el país, y en las últimas horas, trascendió un documento que exonera de toda responsabilidad a las autoridades del hospital Mario Catarino Rivas, en caso que un estudiante de medicina se contagie del mal respiratorio.
El texto que rápidamente se hizo viral, desliga de toda responsabilidad civil, administrativa y penal al personal dependiente de la Secretaría de Salud.
“Asumo la responsabilidad de administrarme el equipo de protección personal para poder realizar mis labores durante el cumplimiento de mi internado rotatorio”, dice una parte de documento.
En ese sentido, todo estudiante que realice la práctica profesional dentro de la institución, está “obligado” a acatar las disposiciones y posibles sanciones estipuladas en el reglamento interno de los programas académicos.
Aquí el documento:
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Esta constancia ha tomado especial importancia debido al reciente fallecimiento del joven médico, Yasser Emir Cuéllar (27), quien ya estaba por graduarse y realizaba su servicio social en San Pedro Sula.
Aparentemente, el joven muere debido a la “falta de equipo de bioprotección” para el personal de primera línea, una situación que mantiene conmocionada a la sociedad y al gremio médico.
Por lo tanto, múltiples sectores solicitan el acceso urgente de un seguro para los galenos en servicio social, basando sus argumentos en el artículo 80 de la Constitución.
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Medio millón de lempiras por ingreso, y hasta 120 mil diarios le pedían a madre del doctor Cuéllar en una clínica privada
La muerte del doctor Yasser Cuéllar ha consternado el país, al tratarse de un médico en servicio social de 27 años que no recibió la asistencia requerida.
El galeno luchaba contra el virus desde semanas atrás, y dos días después de mostrar una notable mejoría, murió.
La madre del joven que, este lunes culminaba su servicio social, relató estar muy dolida e indignada por el trato que le dieron a su primogénito en centros asistenciales.
Video aquí:
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Contó que intentó ingresarlo en el Instituto Hondureño de Seguridad Social de San Pedro Sula, pero fue en vano porque no “tenía carnet de afiliado”.
Ante esta situación, durante unos días fue tratado en casa, pero el joven continuaba agravando y era necesario llevarlo a un hospital, en medio de la desesperación, al saber que su hijo se ahogaba por la falta de oxígeno, acudió a una clínica privada y al conocer los costos, sus esperanzas se desvanecían.
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Le pedían 500 mil lempiras por ingresarlo y hasta 120 mil diarios, si permanecía en Unidad de Cuidados Intensivos, dinero que no podía cubrir.
En cuestión de horas, pasó a saturar oxigeno de 96 a 13, momento en que colapsó y falleció.
¿Usted qué opina?