Esta fin de semana, el partido más importante de América fue cancelado en dos ocasiones por la violencia entre barras.
La final de vuelta de la Copa Libertadores no se disputó el pasado sábado como estaba programada y menos ayer.
El River Plate-Boca Juniors terminó en escándalo por el ataque hacia el bus Xeneize, donde dos jugadores fueron afectados en uno de sus ojos.
La Conmebol tiene reunión mañana con el presidente de River y el de Boca para confirmar la nueva fecha de este compromiso. Muchos son los rumores, pero se habla de hasta de jugar lejos del estadio Monumental por la sanción que exige Boca Juniors.
Una de las personas que ha levantado la mano para albergar uno de los espectáculos más esperados este año ha sido Stefano Anzalone, Director de Deportes de Génova, quien envió una carta a la Daniel Angelici y Rodolfo D´Onofrio, presidentes de Boca y River, respectivamente, para que la Superfinal se juegue en su ciudad.
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«Nuestra ciudad, cercana de manera histórica, cultural y deportiva a Buenos Aires, siente vínculos muy profundos e indisolubles con sus dos prestigiosos clubes fundados por nuestros compatriotas emigrados de Italia a la Argentina, en los albores del 1900, y hoy hermanada con nuestros dos equipos, Genoa y Sampdoria», comienza el escrito.
Y sigue: «Los eventos dolorosos que nos han golpeado recientemente han despertado un profundo sentido de comunidad y de redescubrimiento de nuestras raíces. Por lo tanto, me complace informarles que nuestra ciudad está honrada y está dispuesta a albergar este importante y prestigioso evento de la final de la Copa y el clásico de la capital argentina».
El estadio Luigi Ferraris está ubicado en el noroeste de Italia y ayer albergó el empate 1-1 entre Genoa y Sampdoria en el clásico.
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