Las autoridades todavía no han dado respuesta a la fuga masiva de reclusos ni logrado su recaptura
La población hondureña se encuentra en zozobra tras la gran cantidad de personas de alta peligrosidad que se han fugado de las cárceles del país en las últimas semanas y que andan libres por las calles de las grandes ciudades del país agudizando más el terror en la ya golpeada ciudadanía.
Lo anterior evidencia un desorden en el sistema de seguridad y el mal manejo de entidades del sistema penal del país.
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“… un criminal nato con una condena de 500 años andaba paseándose con toda libertad y tranquilidad en las calles mientras las autoridades penitenciarias lo hacían guardando prisión, suponemos entonces que puede estar ocurriendo con otros tipos de delincuentes de esta calaña y de esta magnitud”, deploró un analista de seguridad entrevistado por Canal 11.
Mientras tanto un funcionario del Mecanismo Nacional de Prevención Contra la Tortura, otros Tratos Crueles, Inhumanos (CONAPREV), expresan que en algunos casos, los ciudadanos presentan hasta con tres identidades.
“… cuando se dio la evasión (11 de mayo) de 22 personas que finalmente resultaron ser 18, en el caso de una de ellas, los familiares llegaron al CONAPREV a denunciar que él no se había fugado, sino que él estaba en El Pozo, hicimos la verificación y efectivamente él estaba en El Pozo y encontramos que él tenía tres nombres”, reveló un representante de CONAPREV.
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Las máximas autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP) dieron inicio a un proceso de identificación de los internos de la cárcel del Pozo ubicada en Ilama, Santa Bárbara, para proseguir con las demás, entre éstas, la de La Tolva, conocida también como “El Pozo II”.
“El Instituto Nacional Penitenciario ha suscrito un convenio con Medicina Forense y con el Registro Nacional de las Personas con el propósito de erradicar todas estas situaciones que se han venido detallando e identificar plenamente a las personas que se encuentran privadas de libertad en nuestros centros penales, expresó subdirector del INP, German McNeil.
Debido al descontrol en las entidades encargadas, esta situación podría derivar en que más personas de amplia experiencia delincuencial anden como Pedro por su casa en el país cometiendo fechorías, afirman analistas
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