Un juez de ejecución decidió enviar a la cárcel de Támara, Francisco Morazán, al hondureño conocido como el “Chiqui”, extraditado desde Panamá luego de permanecer más de una década huyendo de la justicia.
El hondureño, Osman Vicente Ordóñez Acevedo, alias “Chiqui”, lo declararon culpable de dos asesinatos ocurridos en 2007 en la capital, sin embargo, huyó después de que saliera de libertad al vencerse la prisión preventiva impuesta en su contra.
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Al extraditado desde Panamá el martes 24 de mayo, lo condenaron a una pena de 40 años de prisión, por las dos muertes violentas, 20 años por cada asesinato.
Las personas que según la justicia hondureña mató Ordóñez Acevedo respondían a los nombres de Eris Francisco Sánchez Maradia y Wilfredo Figueroa Rodríguez y la sentencia por su muerte violenta la dictaron desde diciembre del 2009.
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El recuento del crimen señala que a los ahora occisos los raptaron y los trasladaron a cercanías de la represa Los Laureles donde les quitaron la vida.
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