Este caso oscuro en el país azteca reflejó la impunidad acentuada contra la lucha social
El próximo martes se cumplirán tres años de la que unos indican que fue una “masacre” contra los 43 estudiantes, aún desaparecidos en Ayotzinapa, México, y por quienes sus padres y amigos y la comunidad internacional demanda justicia.
El hecho se perpetró cuando los jóvenes que estudiaban en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en la localidad de Iguala, Guerrero, al sur de México, mantenían una protesta de varios días en contra de las autoridades exigiendo una educación pública y de calidad, entre otras demandas.
Ese fatídico día seis jóvenes fueron asesinados y los 43 estudiantes se reportaron en calidad de desaparecidos.
Los padres y las madres de familia han denunciado incansablemente que sus hijos fueron incinerados en un basurero de la región mencionada, una versión muy probable si se toma en cuenta que integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmaron que entre los restos humanos de fosas clandestinas encontradas en los alrededores de Iguala y que les fueron entregados para analizar se hallaron los de Alexander Mora Venancio, uno de los 43 estudiantes desaparecidos ese 26 de septiembre de 2014.
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En torno al caso estallaron muchas protestas sociales de diferentes gremios. En una de estas protestas, un estudiante de la normal declaró acerca del caso que “es necesario recordar que fueron policías, no narcotraficantes, quienes se llevaron a nuestros estudiantes. Fueron autoridades locales de partidos políticos quienes dieron la orden de llevarlos, no los criminales”, dijo en referencia a las intenciones del Estado de culpar a grupos criminales de la desaparición de los 43 estudiantes.
Han pasado tres años de la desaparición de los 43 normalistas rurales de la Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa y así son tres años de impunidad en este hecho, que hasta la fecha no fue esclarecido y los jóvenes siguen sin aparecer.
En conmemoración con esta fatídica fecha los movimientos sociales de México realizarán varias manifestaciones exigiendo justicia en uno de los casos que no sólo golpeó al país azteca, sino a la comunidad internacional.
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Una protesta popular que terminó en una represión brutal contra estudiantes que reclamaban mejores condiciones educativas, marcó esta región sureña de México, valga resaltar que es histórica por sus luchas reivindicativas.
Sin embargo, pese al dolor, este capítulo oscuro en el país hermano de México, deja la enseñanza de que los que pretendieron aterrorizar a los que demandaban sus derechos no lo hicieron, queda en evidencia, pues todavía los jóvenes estudiantes de la región siguen demandando justicia y continúan preguntando a las autoridades: “¿Qué pasó con los 43 estudiantes desaparecidos? ¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.
¿Usted qué opina?