La víctima apenas tenía 16 años y ya era un ambientalista reconocido en el occidente de Honduras
Un jovencito que formaba parte del Movimiento Ambientalista Santabarbarense (MAS), fue ultimado de forma dantesca por desconocidos en el municipio de Concepción del Sur, departamento de Santa Bárbara, occidente de Honduras.
El occiso, identificado con el nombre de Luis Fernando Ayala, era apenas un jovencito de 16 años, pero ya era un militante fuerte del movimiento social y ambiental en el occidente hondureño.
Lea También: Ambientalistas hondureños le apuestan a la vida, a costa de su propia existenciaEl cuerpo del joven fue encontrado el pasado lunes con las manos amputadas, lesiones en el cerebro y otros signos de tortura.
Wilmer Rivera, integrante del MAS, expresó a medios locales que “es lamentable porque en primer lugar era un joven de 16 años, menor de edad, era miembro de una familia luchadora, campesina, defensora de los recursos naturales”.
Lea También: Investigación del periódico inglés “The Guardian” vincula a tropas de élite entrenadas por EE.UU. en el caso de Berta CáceresComunicado de la Plataforma del Movimiento Social y Popular de Honduras:
“Ayala y su familia han sido miembros activos del (MAS) en el municipio de Gualala, donde hace más de tres años se lucha contra la concesión minera para la extracción de yeso otorgada por un período indefinido y que amenaza con desaparecer la comunidad de Arenales en ese municipio”, reza el comunicado.
Lea También: Todo lo que debes saber del estudio de Global Witness“Es importante recalcar que, desde el proceso de elecciones fraudulentas realizado en Honduras en noviembre del año pasado, se han registrado más de 40 asesinatos a hombres y mujeres que se han opuesto al continuismo y proyectos extractivos”.
“Demandamos la desmilitarización inmediata del país, alto a la persecución y asesinato a líderes y lideresas que se oponen a los proyectos del capital transnacional”.
DATO:
Honduras es el lugar más peligroso para defender el planeta, ya que del año 2010 a la fecha fallecieron 123 líderes comunitarios. Las víctimas eran personas humildes que se opusieron a las presas, las minas, la tala o la agricultura en sus tierras y murieron supuestamente asesinadas por fuerzas del Estado, guardias de seguridad o sicarios. Muchos otros han sido amenazados, atacados o encarcelados», detalló un infome publicado por Global Witness.
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