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La vida se extingue en la montaña de Mico Quemado

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Debido a la deforestación, las quemas, la agricultura migratoria y los incendios, tendrá un déficit del 87% en su producción de agua.

No se sabe a ciencia cierta qué persona, por qué motivo ni en qué momento de la historia de El Progreso, Yoro, se bautizó a la montaña que abastece de agua esta ciudad con el nombre de “Mico Quemado”.

De lo que sí están seguros los progreseños es que esa persona fue una especie de profeta que presagió el daño que los bosques de esta montaña sufrirían años después a causa del fuego y la deforestación.

Usando un poco la imaginación, podríamos figurarnos que en cierta ocasión un campesino subió hasta la parte alta de la montaña y pasó por un sitio donde había ocurrido un incendio forestal, y ahí, entre los escombros y cenizas, yacía el cuerpo inerte de un mico… quemado.

Dejando atrás esa fantasía, es necesario acercarnos a la realidad de esta importante reserva que en los últimos 10 años está produciendo mucho menos de la mitad del agua que generaba en el pasado.

A pesar de ello, los progreseños siguen viviendo en una cultura de derroche, porque continúan convencidos de que el agua en esta ciudad es inagotable, de que fluye con sólo excavar un hoyo en el suelo.

Bajo este contexto, queda claro que la única esperanza que tiene ahora esta ciudad es reforestar la cuenca y protegerla para asegurarse un futuro que ya se ha tornado complicado.

Manos a la obra

Cuando se trata de buscar a los culpables del lamentable estado de la montaña los campesinos siempre son los que figuran de primeros en la lista, por los daños que ocasionan con la agricultura migratoria y las quemas a los terrenos de cultivo antes de la siembra.

Sin embargo, hacer que cambien estas prácticas no es algo que se puede lograr de la noche a la mañana, tratándoles de obligar a través de una ordenanza, sino instruyéndolos y haciéndoles ver que se pueden lograr mejores resultados en la cosecha sin necesidad de quemar, incorporando la capa vegetal como un abono que viene a enriquecer la materia orgánica del suelo.

Nos quedamos sin agua

El ingeniero Fredy Aguilar, Jefe del Departamento Municipal Ambiental (DEMA) indica que, de acuerdo al estudio de Plan de Manejo de la Montaña de Mico Quemado, esta reserva presenta un daño en el 65 por ciento de su extensión, por lo que se da prioridad a proteger ese 35 por ciento restante que aún está sano, para que los progreseños sigan recibiendo agua.

Hecho esto, refiere que se han propuesto regenerar un 30 por ciento la montaña para volverla sustentable y en ese sentido señala que sólo en el 2016 se plantaron más de 250 mil árboles, junto al el Instituto de Conservación Forestal, los institutos del municipio y muchos voluntarios que se unieron a la causa.

Asimismo, indica que se está haciendo una cobertura vegetal de las áreas afectadas con plantas como el rambután, café y cacao, los cuales van asociados a la siembra de árboles forestales.

Dependencia absoluta

El ingeniero Aguilar refiere que el mayor potencial de esta montaña es la producción hídrica (recurso agua), y asegura que El Progreso depende en un 100 por ciento de lo que ella produce, un sesenta por ciento que se abastece de manera directa del agua que es tratada en la represa de El Salto y un 40% del agua extraída de los pozos, los cuales también son alimentados por la montaña de Mico Quemado.

Inevitablemente, indica que el déficit que tendrán de agua este verano, provocará racionamientos en varias comunidades del municipio, “por lo que debemos seguir haciendo conciencia de lo importante que es la montaña para el presente y el futuro del municipio. Aún estamos a tiempo para salvar nuestra principal fuente de vida, pero debemos involucrarnos todos y echarle una mano a Mico Quemado de la forma en que podamos, haciendo un uso racional del agua, participando en las campañas de reforestación y estando vigilantes de cualquier amenaza”, sostiene.

Verano inclemente

Los efectos de los daños que por décadas ha sufrido la Montaña de Mico Quemado se vuelven más evidentes en la época de verano, sobre todo en lo referente a la capacidad de esta reserva para producir agua. A esto debemos sumar otras condiciones como el cambio climático, que eleva aún más las cálidas temperaturas veraniegas.

Debido a estos factores, la producción del agua de la montaña baja en un 87 por ciento, dejando a los pozos como única opción para el abastecimiento del municipio. Sin embargo, debido al agotamiento de las reservas y a la baja de la capacidad de producción de las fuentes, para llegar al vital líquido cada vez hay que excavar más profundo, hasta 15 metros más de lo que antes era necesario.

Lo declaran refugio de vida silvestre

El Congreso Nacional incorporó al Sistema Nacional de Áreas Protegidas y Vida Silvestre de Honduras la reserva ecológica de la montaña de Mico Quemado.

Los límites del área protegida se mantendrán conforme a lo establecido en los decretos legislativos 144-94 y 16-2004 que corresponde a un área total de 18 mil 978.07 hectáreas determinadas en el plano oficial delimitado por el ICF.

Según el decreto, el ICF se encargará del plan manejo del área protegida para lo cual podrá suscribir convenios con las municipalidades de Santa Rita, El Progreso y El Negrito, Yoro u otros actores interesados para lo cual montará una unidad ejecutora que será dotada con los recursos necesarios provenientes de la Ecotasa.

Para el plan de manejo se cuenta con un presupuesto de 44 millones de lempiras para seis años, es decir que anualmente se contará con 7.3 millones de lempiras.

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