Cuentas bancarias, una casa en Beverly Hills y las ganancias por derechos de imagen y de autor.
Ocho meses han pasado de la muerte de la actriz Carrie Fisher, quien le dejó un amplio patrimonio a su única hija, Billie Lourd, la que tendrá poder sobre las diferentes cuentas bancarias y una enorme casa en Beverly Hills.
A lo anterior, que ronda los siete millones de dólares, se suma la recaudación por derechos de imagen de la película Star Wars, de la que Fisher fue protagonista, así como los derechos de propiedad intelectual de sus libros y marcas vinculadas.
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En diciembre se estrenará el octavo episodio de la saga, «The Last Jedi», película en la que también aparece Carrie, al igual que en la próxima, gracias a las escenas que quedaron grabadas.
Por otro lado, la protagonista de Scream Queens, decidió que parte de lo heredado como piezas de arte y colecciones, sean subastados en septiembre en favor de la fundación benéfica de Fisher, «The Thalians», dedicada a la ayuda de personas con problemas de salud mental.
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