Este domingo dos atacantes suicidas atacaron un templo metodista en la ciudad pakistaní de Quetta, matando a nueve personas e hiriendo a 57 más. Las autoridades informan que realizan una búsqueda de dos presuntos cómplices que lograron escapar.
Wasim Baig, portavoz del principal hospital de Quetta, informó que tres mujeres estaban entre los muertos, mientras que cuatro mujeres y dos niños se encontraban entre los 57 heridos. Ambulancias y patrullas de seguridad corrían hacia la escena mientras mujeres y niños eran conducidos fuera de la entrada principal de la iglesia.
El Estado Islámico se adjudicó la responsabilidad a través de su agencia de noticias Amaq y afirmó que el acto se dio por medio de dos «emboscadas» del grupo, sin proporcionar más detalles.
Cientos de fieles cristianos se congregaban en el templo, con motivo de las liturgias de adviento, según confirmó Sarfraz Bugti, el ministro del interior de la provincia suroccidental de Baluchistán, quien también señaló que hubo un enfrentamiento entre los atacantes y las fuerzas de seguridad locales.
El jefe de la policía de Baluchistán, Moazzam Ansari, elogió la respuesta de las fuerzas de seguridad que custodian la iglesia y dijo que el atacante que entró en ella fue herido y no pudo llegar al edificio principal, «de lo contrario, la pérdida de vidas podría haber sido mucho mayor».
Aqil Anjum, quien recibió un disparo en el brazo derecho, dijo que escuchó una explosión en el medio del servicio, seguido de disparos de armas pesadas. «Fue un caos. Las balas golpeaban a las personas dentro de la sala cerrada «, dijo.
Decenas de cristianos se congregaron frente a un hospital cercano para protestar por la falta de seguridad. El presidente de Pakistán, Mamnoon Hussain y otros altos funcionarios condenaron el ataque.
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